El Puerto de Almería se localiza en el Golfo de Almería, en la costa mediterránea de España.
Cuenta con líneas a Melilla, Argelia y Marruecos, siendo también escala de cruceros turísticos por el Mediterráneo. Asimismo posee también un puerto deportivo donde se puede tener un amarre para embarcaciones de recreo privadas. Dispone de un muelle pesquero y una zona de mercancías que están siendo ampliadas sucesivamente desde mediados de 1990.
El origen último de Almería capital está en efecto en Pechina, pues poco después de su fundación se crearía un asentamiento costero y una atalaya, dependientes de aquella, que recibirían el nombre de Al Mariyyat Bayyana.
Al Mariyyat funcionó como puerto y defensa de una Bayyana próspera y enriquecida, que se convertiría en uno de los centros comerciales más importantes de Al Andalus.
Abderramán III quería frenar la expansión en el norte de África del califato fatimí, presente en la región desde 909 y que pretendía expandirse por Al-Ándalus. Las medidas adoptadas supusieron la construcción de una flota que convirtió al califato de Córdoba en una potencia marítima con base en Almería y que le permitirían conquistar las ciudades norteafricanas de Melilla (927), Ceuta (931) y Tánger (951), y establecer una especie de protectorado sobre el norte y el centro del Magreb apoyando a los soberanos de la dinastía idrisí, que se mantendría hasta 958 cuando una ofensiva fatimí le hizo perder toda influencia en el Magreb donde sólo mantendría las plazas de Ceuta y Tánger.
Después de Córdoba, era la ciudad más influyente y próspera de la península y una de las más ricas de todo el orbe islámico. El almirante de la flota, que residía en Almería, era de facto el segundo poder en la España de la época y tenía a su disposición nada menos que 300 naves que fondeaban en el puerto, el más importante del califato. Ibn Maymun fue el más grande de estos almirantes de Almería, al que Almanzor envenenó, envidioso de su poder.
Con la caída del califato, Almería sigue cobrando importancia, llegando a ser, como reino independiente, una de las taifas más prósperas.
El evento del terremoto de Almería de 1522 provocó la destrucción de gran parte de las instalaciones del puerto, quedando este relegado del comercio con el Nuevo Mundo.
No fue hasta 1847 cuando la creciente burguesía de la ciudad empezó a reclamar unas instalaciones portuarias adecuadas a la realidad económica de la zona, con una pujante industria minera y uvera,1 aunque las labores de su construcción no se dieron por concluidas sino hasta 1908. Fue el ingeniero José Trias Herráiz el designado para diseñar y coordinar las obras de la segunda fase de esta ampliación.2
Hacia el año 1900 se presentaron proyectos para ampliar el puerto hacia poniente, en concreto con la construcción de un cargadero en las inmediaciones del faro de San Telmo, además de diferentes depósitos,3 pero nunca se llevaron a cabo por razones desconocidas.